lunes, 18 de julio de 2022

Víctimas de agresiones sexuales se manifiestan en contra de las políticas de "baños transgénero" de Washington.

Un artículo, tiene unos añitos si bien actual como la vida misma, inmortal y siempre joven como la canción Forever Young de Alphaville. https://www.dailysignal.com/2016/01/25/sexual-assault-victims-speak-out-against-washingtons-transgender-bathroom-policies/ 

 

Hacer desapaerecer los espacios seguros de mujeres y niñas bajo la farsa que disfraza el estandarte de derechos humanos de "baños transgénero."

Comunidad cristiana que se menciona en el artículo. YMCA en el mundo. https://www.ymca.es/ymca-en-el-mundo  

"Víctimas de agresiones sexuales se manifiestan en contra de las políticas de baños transgénero de Washington." Kelsey Bolar — January 25, 2016 . 

OLYMPIA, Washington —.Un grupo de mujeres que afirman ser víctimas de agresiones sexuales están haciendo una conmovedora petición a los legisladores del estado de Washington para revertir disposiciones para los baños que indican que las deja a ellas y a sus hijas pequeñas en situaciones vulnerables, expuestas e inseguras. 

“Comenzó cuando llevaba pañales y duró hasta los 10 años”, dijo Kaeley Triller Haver, que ahora tiene 32 años, a The Daily Signal sobre su abuso. “Yo solía ser observada en la ducha — eso fue su historia." 

Gretchen Flores, una mujer de 47 años de Puyallup, Washington, dijo que su abuso ocurrió en un vestuario. “Solía tener calambres en las piernas cuando nadaba y él me decía que me subiese con él”, dijo Flores. 

"Empezaría en la base de mi pierna y sube más de lo que debiera." Janine Simon, también de Puyallup, Washington, dijo que su abusador la hacía ver pornografía antes de agredirla. “Para mí, el acicalamiento (preparación/grooming) empezó a los 8 y la violación a los 9”, dijo Simon, de 39 años, al The Daily Signal. 

“Fueron unos buenos 18 años antes de que pudiera empezar a hablar de ello." 

El Daily Signal se reunió con Simon, Triller Haver y Flores en la capital del estado de Washington para saber por qué rompen el silencio sobre sus experiencias del pasado para luchar contra lo que consideran que dichas nuevas directivas representan un peligro. 

“No hay duda de que muchísima gente se verá perjudicada con este tipo de política”, dijo Simon. 

La normativa, que entró en vigor el 26 de diciembre, garantiza a cualquier individuo acceso completo a baños, vestuarios y otras instalaciones segregadas por sexo de acuerdo con su identidad de género elegida en lugar de su sexo. Pero ya Simon y las otras víctimas sienten que hicieron oídos sordos y que sus historias son presentadas desde los medios como "mete-miedo." 

“Una y otra vez a las mujeres se les dice que su abuso no es importante, no es importante sufragarlo, no es importante protegerlo. Este es tan solo una manera más para que sepamos que nuestro abuso no importa, que no estamos protegidas”, dijo Simon, añadiendo: ahora soy una mete miedo porque hablo de ello. No lo acepto, no lo soy. No estoy gritando que el cielo se cae. Esto está pasando de verdad. No es algo fingido. Ojalá lo fuera.” 

Meses antes de que las disposiciones se adoptaran oficialmente como política estatal, la YMCA de los condados de Pierce y Kitsap empezaron a permitir que los usuarios que se identifican como transgénero usaran los vestuarios en base a su identidad de género. 

 "En abril de 2015, la YMCA creó una normativa para demostrar nuestro compromiso con nuestra comunidad transgénero”, dijo la organización en un comunicado. 

“Como organización sin ánimo de lucro, estamos comprometidos con reflejar las diversas comunidades a las que servimos. Igualmente tenemos compromisos adquiridos con la prevención del abuso infantil.” 

En ese momento, Triller Haver trabajaba como directora de comunicaciones de la organización. Cuando escuchó los planes para seguir esta ruta, Triller Haver dijo que se le pidió que "elabora algunos puntos de discusión." “Como sobreviviente de agresión sexual”, dijo Triller Haver que les dijo a sus jefes, “no puedo hacer esto”. 

“Me dieron dos opciones”, dijo. “Podría renunciar y recibir una indemnización por 10 semanas si no decía nada o podría renunciar”. "Adivina qué elegí". 

En tanto en cuanto cada vez más usuarios se enteraron del reglamento, se produjo un aluvión de reacciones negativas. Según el Seattle Times, 300 familias cancelaron sus suscripciones. 

En septiembre, la YMCA decidió reducir sus nuevas normas de vestuarios. Pero, en diciembre, fueron restituidas. 

“Estamos siguiendo la ley estatal”, dijo el director general Bob Ecklund al Seattle Times. No obstante, críticos, incluidas Triller Haver, Simon y Flores, creen que la YMCA estaba haciendo mucho más que seguir la ley — consideran que la organización estaba ayudando a construirlo. 

“Se pusieron de acuerdo con la Comisión de Derechos Humanos”, dijo Triller Haver haciendo referencia a documentos que vio mientras trabajaba allí. “Ellos lideraron estas actividades… dudo que pudieran haberlo hecho si no hubieran tenido una organización cristiana abogando por ellos”. 

El Daily Signal contactó con la YMCA de los condados de Pierce y Kitsap para obtener respuestas. La YMCA no respondió a nuestra solicitud. Desde entonces, Triller Haver y Simon han cancelado sus afiliaciones — algo que, como cristianas y voluntarias desde hace mucho tiempo en la organización, pensaron que nunca harían. Flores dijo que tiene la intención de hacer lo mismo, pero que no ha podido volver. "Es doloroso", dijo. 

Entretanto, Triller Haver, Simon y Flores se han mantenido ocupadas organizando una campaña de base que incluye piquetes en las aceras para presionar a la organización a cambiar sus normas. 

Jill Wade, madre de dos criaturas, de Spanaway, Washington, es una de las mujeres que se unió a las protestas. Justo cuando creían que estaban comenzando a progresar, la Comisión de Derechos Humanos de Washington aplicó la normativa a todas las escuelas y negocios con ocho o más empleados. 

“Hemos estado concienciando a la gente sobre la YMCA, pero ahora, en este punto, son un pececito”, dijo Wade. 

Un pececito en un mar grande. 

Las mujeres ahora recurren a los funcionarios públicos para defender su caso. 

Tres parlamentarios de Washington ya están trabajando en medidas que recortarían las normas en diferentes grados. El senador Doug Ericksen, republicano de Bellingham, tiene previsto introducir una propuesta “simple” de un párrafo que derogaría las normas hechas por la Comisión de Derechos Humanos y prohibiría que la comisión tome medidas similares. 

“Creo que, cuando dejo a mis hijas en el colegio o cuando las llevo a un gimnasio privado, tengo derecho a esperar que los hombres usen el vestuario de hombres y las mujeres usen el vestuario de mujeres”, Ericksen le dijo al Daily Signal. 

"No debería tener que preocuparme de que mis niñas tengan que hacer frente a cosas a las que no deberían estar expuestas a su edad.” 

Un trío de republicanos, los representantes Brad Klippert, Tom Dent y Dan Griffey, presentaron un proyecto de ley que requiere el ADN para determinar qué servicios se les permite usar y cuáles no. 

El republicano Graham Hunt, un conservador de Orting, Washington, quiere prohibir que cualquiera use las instalaciones públicas con un sexo diferente al de su sexo, a menos que se haya sometido a una cirugía estética de reasignación. 

“He intentado compensar esto sobre los genitales”, dijo Hunt al Daily Signal. “Si no tienes las piezas… si no tienes la cañería, entonces no entras”. Triller Haver, Simon y Flores no tienen una preferencia en cuanto a qué versión adopta el estado — tan sólo están desesperadas por ver un cambio. Emociones en juego. Habiendo sido observada en la ducha por su abusador, Triller Haver dijo que ha sido "proceso de sanación suave y lento" para usar los vestuarios de nuevo. 

“Fui una atleta universitaria y ni siquiera podía ducharme en la universidad con mi equipo”, dijo. 

“Entonces, para mí, usar un vestuario, ha sido un proceso de sanación suave y lento y siento que eso se vulneró por completo”. La YMCA, añadió Triller Haver, “fue el primer lugar donde me duché en público”. 

En noviembre de 2015, Triller Haver escribió un emotivo post en el blog en The Federalist sobre su abuso sexual en el pasado y por lo que cree que permitir que los hombres autodeclarados mujeres accedan al vestuario de mujeres representa una grave amenaza. 

"Déjame ser clara”, escribió Triller Haver, añadiendo: No estoy diciendo que quienes se identifican como mujeres sean depredadores, ni remotamente. Lo que digo es que hay incontables hombres pervertidos en este mundo que fingirán ser mujeres como un medio para acceder a la gente que quieren explotar, es decir, mujeres y menores. Ya ocurre. 

Para Flores, quien dijo que fue abusada dentro de un vestuario cuando su madre la dejaba en clases de natación, la reglamentación es especialmente traumatizante. “Desde que la Y hizo eso, a veces me despierto con espasmos en las piernas y otra vez esa sensación de terror”, dijo. 

“Si fueras una mujer agredida por un hombre, te sentirías extremadamente insegura.” 

Simon, quien solía ser voluntaria en el Centro comunitario YMCA en Puyallup, Mel Korum YMCA en Puyallup para asegurarse de que todos los voluntarios completaron la formación — que incluía prevención contra el abuso infantil, dijo que acaba de pasar su primer ataque de pánico en la última década. 

“He tenido mi primer ataque de pánico en 10 años al saber que en mi estado solo hay ciertos baños a los que podré entrar con seguridad”, dijo. “Los lugares de reunión de los críos son el lugar número uno donde los pedófilos tratan de entrar." 

'Mete-miedo' 

Desde que se decidieron a hablar, Triller Haver, Simon y Flores dicen que han sido atacadas y tildadas de "mete-miedo." 

Pero Simon, quien dijo que su abusador atacó a otras niñas después de ella, dijo que no dejará que los insultos la detengan. “Sé cuál es la carga de no hablar y que la gente salga lastimada”, dijo Simon, añadiendo: El abuso sexual es una epidemia silenciosa y te callan por la vergüenza, por la culpa, hay un montón manipulación, de que tú lo quieres, que es tu culpa, hasta finalmente llegar al lugar donde puedo decir que yo era una niña pequeña y en eso que me pasó no existía ni vergüenza ni culpa… Por eso es por lo que tantas mujeres callan. Es como un doblegamiento del alma. 

Citando estadísticas que dicen que menos del 1% de la población estadounidense se identifica como transgénero, Flores preguntó: "¿Por qué el 99% tiene que cambiar toda nuestra forma de hacer las cosas por menos del 1%?" 

Para calmar la ansiedad de que pueda encarar a genitales masculinos en los vestuarios de mujeres, Triller Haver dijo que le han indicado que use "servicios privados." 

“Si nosotras como sobrevivientes tenemos problemas, nos instan a que utilicemos alojamiento individual”, dijo, Se siente como si estuvieras diciendo: 'Tengo que hacer lo que tú quieras con mi cuerpo o soy horrible', y eso es manipulación. 'Puedo ser muy afectuosa si bien no tengo que ducharme contigo. ' 

Desde que compartió su historia en The Federalist, Triller Haver dijo que ha escuchado a "cientos" de víctimas de agresión sexual que comparten sus inquietudes con las nuevas normativas. Aún así, ha sido difícil encontrar gente dispuesta a escuchar, dijo. 

Mirando hacia su hija de 5 años que jugaba en el suelo, Triller Haver dijo: “No debería tener que luchar tan duro para a ser escuchada.”

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