Otro artículo de otro republicano que dice obviedades pero que se pasan por alto o se hace la vista gorda. Es tan sencillo lo que dice que por eso lo he elegido. Resulta elemental, axiomática, indiscutible, innegable, matemático. Este texto está al alcance de que adolescentes de 16 años lo comprendan, así que ya no digamos adultos. Se cumple aquello de cómo comunicarnos de una forma fácil y efectiva con los que nos rodean que todavía titubean y fluctúan, ya sea por buenismo político o por no mojarse, ergo, señalarse con la letra escarlata térfida. La corrección política está de moda sen especial entre los afiliados de los partidos políticos. Es como una religión que ha calado y ha apartado la pluralidad, la capacidad critica y la cabida de decir no alto y claro sin que suponga un dolor de cabeza, o sea, sin aprensión de hacer comos el avestruz y meter la cabeza en la tierra, a diferencia de que el animal no lo hace por miedo o desidia o por cobardía por sentirse en peligro en su ambiente, ya sabemos que hay quien la aprobación ajena no la maneja nada bien. Y esto es la cruda realidad.
https://www.ocpathink.org/post/oklahoma-universities-are-teaching-students-to-lie
"Oklahoma Universities are teaching students to lie". David Randall, Ph.D. | May 20, 2021.
"Las Universidades de Oklahoma están enseñando a los alumnos a mentir".
En nuestros días la Universidad de Oklahoma no tendrá un Rey y una Reina del baile. En su lugar, tendrá dos "realezas de género neutro". Este año los ganadores son hombres, uno heterosexual y otro homosexual.
La ideología de género que se propaga por el ámbito academia es realmente totalitaria. Aniquila toda aceptación pública o privada de que somos hombres y mujeres. Los tiranos de género empiezan con el lenguaje. En parte eso es debido a que leyeron 1984 de George Orwell como un manual de instrucciones. Creen que si cambian las palabras que usamos, cambiarán la forma en que pensamos. En parte a causa de que el núcleo de la ideología de género es un juego de palabras — sustituir "género", que clasifica palabras en idiomas tales como español ("el doctor", "la doctora"), por "sexo", que describe la realidad biológica de nuestra división en hombres y mujeres, hicieron eco en la creación entre las bestias del campo y las flores del jardín. La ideología de género reduce a los humanos a palabras que se pueden retorcerse a su antojo.
Con todo, somos hombres y mujeres, no palabras para ser refutadas por capricho, por lo que la ideología de género requiere una compulsión autoritaria para negar esa verdad.
Debido a que los tiranos de género empiezan con el lenguaje, su compulsión empieza con los pronombres. James quiere elegir su pronombre — quiere que lo llamen "she" o "zhe" o incluso " judy”. Si James siente que él de verdad es ella, deberías llamarlo por su pronombre preferido. No es solo buena educación; en realidad, lastimarás a James si no lo llamas ella. James tiene un derecho, no lo sabes, a ser llamado por el pronombre de su elección.
El gobierno, u otra autoridad, hacen cumplir los derechos. La afirmación de los tiranos de género de que James tiene derecho a denominarse por el pronombre de su elección en realidad afirma que tienen el poder de silenciar a cualquiera que no haga lo que James dice. Cuando Twitter te echa de su plataforma por referirse a James como "él", está aplicando el derecho de James. Cuando una universidad oficialmente amonesta a un profesor por rehusar a llamar “ella” a un alumno varón, están aplicando el derecho de un alumno. Si el derecho a la "identidad de género" se convierte en la ley del país, el gobierno te multará o te encarcelará para aplicar el derecho de James.
Cuando estas autoridades aplican el derecho de James, violan la conciencia de los cristianos, judíos y cualquier otro creyente que conocen mediante la fe que El creó al hombre y a la mujer y no puede en conciencia negar las Escrituras. El derecho a la “expresión de género” a la fuerza deroga la libertad religiosa.
Mentira amparada por el Estado.
Cuando estas autoridades aplican el derecho de James, de igual forma arrebatan a todos los estadounidenses su derecho a hablar con total libertad. Si bien también obligan que todos los estadounidenses mientan. Los tiranos del género nos obligan a afirmar una falacia: que el sexo no es inmutable, que no hay nada más que “género”, que puede cambiarse por mandato a título individual. Es 1984 de George Orwell como simple realidad en vez de una ficción reflexiva: si el Partido dice dos más dos son cinco, entonces tienes que creerlo.
La mentira amparada por el Estado ya es bastante mala en cualquier parte de la república. Los derechos de “expresión de género” están a punto de destruir los deportes de las mujeres, salvo que la legislación lo impida, ya que el sexo de los hombres los favorece en la competición física. Pero estos supuestos derechos causan un mayor estrago en la enseñanza superior.
Los derechos de “expresión de género” no permiten enseñar biología. La biología parte de dar clases sobre la diferencia sexual — cómo se origina, qué tarea desempeña, cómo afecta el comportamiento. La “expresión de género”, en el mejor de los casos, requiere que los biólogos finjan que esto se aplica a todas las especies, excepto a los humanos. En el peor de los casos, requiere que los biólogos nieguen toda la biología, por temor a que de algún modo no respetan los derechos de expresión de género establecidos por la universidad. La “expresión de género” imposibilita además toda la capacitación práctica que se lleva a cabo en las universidades. Los médicos no pueden aprender a tratar a hombres y mujeres, sino (como mucho) individuos con falo e individuos sin falo. A los médicos ya no se les puede enseñar a dar un diagnóstico de disforia de género, ya que impide diagnosticar la expresión de género como un trastorno mental. A los trabajadores sociales y a los profesores, del mismo modo, se les imparte que los hombres y las mujeres dejaron de existir. A nadie capacitado en una universidad se le permitirá reconocer la existencia de hombres y mujeres.
Pero, por encima de todo, las universidades no deben enseñar a los alumnos que se entra en la universidad para aprender a mentir. La finalidad de una universidad es enseñar a los alumnos a buscar la verdad — civilizadamente, pero sin miedo. Los “derechos de expresión de género” requieren que los estudiantes mientan sobre el hecho más básico de la naturaleza humana, la existencia de hombres y mujeres. Una vez que se les haya enseñado a reconocer una mentira tan inmensa, a consentir la humillación de afirmar lo a todas luces falso, se habituaran a cien mentiras más pequeñas. Los “derechos de expresión de género” convierten a las universidades en una máquina que destruye la conducta de los alumnos, familiarizándolos a la red de mentiras.
Por desgracia, la universidad pública de Oklahoma ha empezado a incorporar la ideología de los “derechos de expresión de género.” La Universidad Estatal de Oklahoma informa a sus estudiantes que "el género es un amplio espectro y no solo incluye hombres y mujeres".
La Universidad de Oklahoma Central publicita el uso de pronombres personales. La Universidad de Oklahoma pregunta a los estudiantes "¿Cuál es su identidad de género actual?" (Las opciones incluyen hombre, mujer, transgénero, no binario, queer -genderqueer- entre otros).
En otras palabras, el sistema universitario de Oklahoma va camino de promover la mentira como una expectativa.
La nueva rectora de la Universidad Estatal de Oklahoma es pediatra. Los legisladores estatales deberían preguntarle si cree que “el género es un amplio espectro y no solo incluye hombres y mujeres”, como afirma OSU.
Los legisladores deberían preguntarle si impedirá a los pediatras diagnosticar disforia de género. ¿El plan de estudios de la universidad de medicina pedirá que los médicos receten bloqueadores de pubertad a los chavales sin informar a sus padres? ¿Está tan persuadida con los “derechos de expresión de género” que está dispuesta a violar la libertad y la conciencia en su propio campo? ¿Y respalda la mutilación de menores? Los legisladores deberían preguntarle — y a decir verdad deberían preguntarle a todos los rectores de escuelas y universidades públicas estatales — si, en nombre de los "derechos de expresión de género", violarán la libertad y la conciencia en todas las disciplinas que se enseñan en las universidades públicas de Oklahoma.
Cualquiera que sea la respuesta, los responsables políticos de Oklahoma no deben contentarse con garantías endebles. La educación universitaria de Oklahoma necesita ser defendida en este momento. Los legisladores deben aprobar leyes que obliguen que todas las agencias estatales, en especia la educación superior, definan el sexo como biológico y excluyan el uso de la palabra “género”. También debe aprobar una legislación que establezca con precisión que Oklahoma no reconoce ningún derecho a la "expresión de género" y la "diversidad de género", y que afirma la prioridad de las libertades de expresión y religiosa como elementos fundamentales e ineludibles.
Los regentes de ningún modo deben contratar como rector de la universidad a nadie que no condene sin tapujos las mentiras de la "expresión de género" y afirme la verdad elemental de que existen hombres y mujeres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario