jueves, 7 de julio de 2022

Las reclusas en el Reino Unido se ven obligadas a ducharse con reclusos varones.

Las reclusas en el Reino Unido se ven obligadas a ducharse con reclusos varones.  

https://4w.pub/female-prisoners-forced-to-share-showers-with-intact-males/  

Las reclusas en el Reino Unido se ven obligadas a ducharse con reclusos varones. Tres mujeres hablan claro de las condiciones infrahumanas, acoso y censura en las cárceles de mujeres del Reino Unido bajo la política de identidad de género. 

Varias mujeres han sido alojadas con hombres en cárceles para mujeres desde que las administraciones públicas aplican medidas políticas sobre la base de identidad de género autodeclarado (o autodenominado, en la legislación española se traduce en la libre elección del sexo registral o legal). 

4W habló con tres mujeres que han estado encarceladas que denuncian censura, intimidación y represalias dentro de las instalaciones británicas para mujeres que ahora albergan a los hombres junto con reclusas. 

El 13 de abril, NJ News informó que al menos dos mujeres estaban embarazadas de reclusos varones en el Centro Correccional Edna Mahan, la única prisión para mujeres en el estado de New Jersey. 

Los hombres fueron recluidos allí porque declararon sentirse mujeres (have a female gender identity). 

La noticia fue recogida de inmediato por medios de comunicación de todo el mundo. 

El DailyMail informó que la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (American Civil Liberties Union; ACLU), un activo en la militancia por los derechos humanos, una vez más “consiguió" albergar al menos a 27 sujetos en la cárcel para mujeres, la mayoría de ellos hombres. 

La ACLU libró una larga batalla legal para transferir hombres a la cárcel de Edna Mahan, que empezó a recibir reclusos varones en 2021. 

Desde entonces, las reclusas han denunciado haber sido objeto de hostigamiento por parte de los reclusos varones que dicen identificarse como "transgénero (como mujeres)", y al menos dos mujeres presentaron una demanda contra el centro penitenciario. 

En tanto, en el Reino Unido políticas similares se han estado aplicando durante mucho tiempo ante la opinión pública, en especial una vez que un recluso varón, que se hacía llamar Karen White, fuera devuelto a la instalación de hombres después de haber acosado sexualmente a cuatro mujeres en prisión. 

A partir de entonces, han aparecido varios casos de abuso, intimidación y acoso por parte de hombres en las cárceles de mujeres, a pesar de que numerosas de las mujeres encarceladas y las que han salido de prisión se quedaran muy mal, marcadas y silenciadas por las autoridades. 

Red de Derechos de la Mujer (Women's Rights Network; WRN), una organización con sede en el Reino Unido consagrada a proteger los derechos de las mujeres basados en el sexo, ha estado luchando. Han estado en contacto con varias exreclusas que han sufrido el impacto por estas políticas. 

"Desde que hace diez meses se creó el WRN hemos estado trabajando en estrecha colaboración con exreclusas y personal penitenciario para destapar lo que está ocurriendo en las cárceles de mujeres en el Reino Unido y estamos horrorizadas por las historias que hemos escuchado", dice la portavoz de WRN. "Los hombres no deberían ser encarcelados con las mujeres más vulnerables de la sociedad y haremos todo lo que podamos para ayudar a cambiar las políticas que permiten que esto suceda". 

4W habló con tres mujeres anteriormente alojadas con estos hombres, "Linda", "Annie" y "Cathy" (todos los nombres se han cambiado para proteger su privacidad y seguridad). En su segundo día en una cárcel escocesa, 

Linda tuvo una conversación privada con su compañera de celda, una mujer de la Europa del Este, “C”, que es sobreviviente de la trata. Estaban hablando de un recluso que se identifica como transgénero, que C dijo que “parecía un hombre”. 

Linda confirmó que ese individuo era un hombre. Justo cuando le estaba explicando a C las políticas que permiten que los hombres sean alojados en cárceles para mujeres, un guardia de la prisión se les acercó. 

El funcionario les dijo a Linda y a C que su “actitud” era “abominable y transfóba” y no sería tolerada, puesto que estaba “en contra del reglamento. ”Según Linda, C estaba “visiblemente molesta” con la presencia del hombre en la cárcel de mujeres y las políticas que los ubicaron allí. 

Otra mujer se unió a ellas para expresar su malestar por el recluso que se identifica como transgénero (como mujer) y, después de eso, el funcionario habló con Linda y C en privado, en la celda que compartían. 

“En esencia, nos advirtieron que este comportamiento abominable iba en contra de alguna regla y corríamos peligro de trámite de persistir”, dijo Linda a 4W. “¿¡Cómo es detestable una conversación privada entre dos mujeres sobre un hombre!?” 

Ella dice que se mantuvo firme con el funcionario oponiéndose a la normativa que alberga ahombres y el incidente fue registrado en su expediente sobre "comportamiento" e "interacciones". 

 Linda cree que esta fue una táctica intimidatoria para cerrarle la boca. “Se puede utilizar en tu contra”, dijo. “Ni una sola vez este funcionario tomó en cuenta a dos mujeres con nuestros propios traumas del pasado y cómo nos afectan las cosas.” 

Annie estuvo recluida siete semanas en una prisión inglesa. “Ser trasladada a la cárcel es aterrador, es traumático y es sumamente peligroso”, dijo a 4W. Indica que ella ya estaba aterrorizada, desorientada, avergonzada y echando de menos a sus hijos cuando se dio cuenta de que la iban a alojar con dos hombres en el mismo edificio. “¡Creí que de veras perdía el conocimiento!”, recordó. “Sentí como palidecía en unos instantes y mi corazón comenzó a latir a un ritmo mayor de lo que ya estaba, mis rodillas empezaron a temblar y el maremoto de pánico cayó en mí. ¡Yo estaba teniendo un ataque de pánico hecho y derecho!" 

Annie dijo que tenía el objetivo de "mantener la cabeza baja" para terminar su custodia y volver con sus hijos, pero le resultó imposible mentir como le dijeron. 

Ella dice que uno de los hombres "medía más de 1,90 metros de altura y era muy grande”, vestía ropa para hombres, voz masculina, sin certificado de reconocimiento del género (gender recognition certificate) y estaba encarcelado por violencia machista contra una pareja que era una mujer (domestic violence against a female partner). 

Después de verse obligada a usar pronombres femeninos y llamarlo por un nombre de mujer, Annie dice que estaba "petrificada", hiperventilando. “¿Cómo es posible que en una cárcel de mujeres yo tenga que preocuparme de ser agredida y/o violada por un hombre? Un hombre que ha cometido violencia contra la mujer. Violencia lo suficientemente grave como para que este hombre acabe en prisión”, preguntó. 

Más tarde, Annie supo que el segundo hombre en la cárcel de mujeres fue condenado por asesinato. 

Ninguno de los dos estaba en ningún tipo de proceso de transición y tenía completamente intactos sus cuerpos masculinos, según ella. Y, con todo, dice, "las mujeres traumatizadas y vulnerables tienen que desnudarse y ducharse con hombres en sus espacios, y algunas finalmente decidieron no ducharse", debido a que las celdas de la prisión no tienen duchas — las mujeres comparten una instalación comunitaria para eso. Por miedo a ser violada, Annie le pidió a un médico de la prisión un DIU (método anticonceptivo), algo que nunca quiso ni necesitó antes. 

"Tengo que pedir una cita para que me quiten este dispositivo intrauterino, lo que me infunde temor debido a que soy una sobreviviente de violación y agresión sexual. No puedo creer que tenga que pasar por esto otra vez, cuatro años después de salir de prisión, casi se siente como otra violación en mi cuerpo que no quería y, como de costumbre, es fruto de hombres.” 

"No quería ver hombres allí, pero lo hice. No quería compartir las duchas con hombres, pero fui forzada a ello. No quería ver a los hombres pavoneándose en pelotas en mi zona de ducha y allí estaban haciendo precisamente eso”, dijo Annie. 

“No hay manera de escapar de estos hombres desde la mañana hasta la noche, y a menos que las mujeres se nieguen a obrar y permanezcan en sus celdas no pueden estar seguras.” Annie también contó que, mientras estaba esperando para ver a sus hijos, la encerraron en una celda con uno de los hombres sin la presencia de los agentes de la prisión. 

Ella señaló que las reclusas no pueden desafiar las políticas, o serán sancionadas. "Una mujer puede ser acusada, una mujer puede ser sancionada, lo que afecta muchas cosas. Se le pueden retirar los privilegios. Puede estar encerrada en su celda por un tiempo superior a las 23 horas de lo normal. Le pueden quitar la visita." 

Otro asunto, según Annie, es el impacto en algunas de las mujeres más vulnerables del país, que podrían ser enviadas a una cárcel distinta, “literalmente expulsados por usar el pronombre incorrecto (bueno, el pronombre correcto), muy lejos de de sus familias puesto que hay muy pocas cárceles para mujeres en el Reino Unido.” 

“¿Desde cuándo los violadores y asesinos y los hombres que agreden a mujeres y niños se vuelven los más 'vulnerables'? Ah, sí, desde que comenzaron a cambiar sus pronombres.” 

“Lo que los legisladores están haciendo es tomar a un grupo de hombres 'vulnerables' y alojarlos con mujeres extremadamente vulnerables, algunas de las mujeres más vulnerables de la sociedad”, dice Annie. 

“Estos hombres han cometido delitos como violación, asesinato, pedofilia, violencia doméstica, agresión sexual y muchos más y, aún así, estos hombres 'vulnerables' están encerrados con mujeres. ¡Las mujeres no somos escudos humanos!” 

Cathy, la tercera mujer en alzar la voz, dice que las mujeres ya están en una posición muy vulnerable mientras están en prisión. Estuvo tras las rejas 13 años y estuvo un tiempo en varios centros, donde en una de ellos fue abusada sexualmente por dos funcionarios de prisiones. 

Cathy dice que "para nada debería haber hombres en una cárcel para mujeres y esto incluye a los funcionarios, pues también son depredadores." 

Estuvo alojada en diferentes cárceles y dice que las mujeres en numerosas instalaciones trataron de evitar interactuar con estos hombres a causa de que ellos muestran claros "patrones de comportamiento masculinos." Sin embargo, las reclusas suelen sufrir represalias por esto. 

En una ocasión, Cathy dice que un recluso la denunció a los funcionarios por “abusar” de él y ambos terminaron en mediación. Tras haber confirmado al recluso que sus acusaciones eran falsas, le dijo que la denunció debido a que ella "no estaba interesada en él" y habida cuenta “él podía”. 

Grupos de mujeres que desafían la autoidentificación en las prisiones. 

Las autoridades del Gobierno parecen pasar por alto los problemas que afectan a las reclusas.

Mantener las cárceles segregadas por sexo (Keep Prisons Single-Sex; KPSS), está en contacto con mujeres encarceladas en Inglaterra que “reportan el acoso, la intimidación y las amenazas sexuales” por parte de hombres que alegan una identidad de género femenina. 

“Estos reclusos alojados en las cárceles de mujeres incluyen a los condenados por los delitos sexuales y violentos más graves y aquellos con genitales masculinos que funcionan a la perfección," dijo Kate Coleman de KPSS. 

“Las mujeres notifican que los funcionarios son reacios a ofrecer ayuda por temor a ser acusados de transfobia e incluso que los incidentes violentos han sido 'silenciados'”. 

"Enviar a hombres violentos a cárceles de mujeres debido a que afirman ser mujeres no es una política nueva”, dijo Patricia, antigua alcaide (su apellido se ha ocultado para protegerla). 

Ella le dijo a 4W que trató con dos de esos reclusos, “incluso antes de la aplicación de la Ley de reconocimiento del género de 2004 (Gender Recognition Act 2004)”. 

Uno de ellos era un hombre condenado a cadena perpetua tras estrangular a su novio e intentar violar a una mujer, que recibió un certificado de reconocimiento de género después de que la Corte Suprema consideró una “violación” de los derechos humanos si él no era transferido a una cárcel de mujeres. 

 “Las mujeres informan que los funcionarios son reacios a ofrecer ayuda por miedo a ser acusados de transfobia." 

Patricia dijo: “Hay un reconocimiento generalizado de que las mujeres encarceladas han experimentado un trauma significativo incluso antes de ser puestas bajo custodia, un trauma exclusivo de su sexo. Alrededor del 70% ha sufrido abuso sexual infantil, violación, violencia machista (violencia doméstica) o una mezcla de esas cosas. En una prisión, HMP Drake Hall, se constató que el 65% de las mujeres sufrieron traumatismos craneoencefálicos, en su abrumadora mayoría como resultado de la violencia doméstica.” 

Según Patricia, había 158 hombres en prisión (Inglaterra y Gales) en 2021 quienes se identificaron como mujeres. “Aproximadamente el 60% cuenta con un historial, actual o anterior, de delitos sexuales”, dijo. "Hay nueve hombres con GRC (certificado de reconocimiento de género) y están recluidos en cárceles de mujeres, entre ellos uno que se sabe que es un delincuente sexual." 

Los problemas de las políticas de identidad de género en las cárceles no son exclusivos del reino Unido. 

En Estados Unidos, la organización Frente de Liberación de la Mujer (Women's Liberation Front; WoLF) presentó una demanda contra la política en California conocida como SB 132, que legalizaba la autoidentificación (en España sera vía libre en el Registro Civil, cualquiera podrá modificar su sexo legal) en las cárceles estatales. 

Una de los demandantes es el grupo Mujer II Mujer (Woman II Woman), que defiende los intereses de las mujeres encarceladas que han sido afectadas por la SB 132. En Canadá, caWsbar (Derechos basado en el sexo de las mujeres canadienses / Canadian Women's Sex-Based Rights) ha estado en la primera línea contra la autoidentificación en las prisiones. 

El 27 de marzo organizaron una protesta frente al Centro penitenciario para mujeres Grand Valley en Kitchener (Ontario).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Traslado, cogemos los bártulos sin mover una pestaña.

 Las traducciones seguirán por acá: https://sosonia.substack.com/   Por cuestión de censura, nada más.  Están eliminando entradas y ni siqui...