miércoles, 10 de agosto de 2022

Las mentiras del transgenerismo tienen un costo.

La Fundación Heritage (The Heritage Foundation) es una organización militante republicana, conservadora, creadas en 1973 con sede en Washington DC y vinculada a la administración Reagan y también con el gobierno de Thatcher. Su labor no es el debate político, no es un laboratorio para futuros líderes de la derecha, su trabajo es legislativo y el cabildeo en las parcelas y esferas de poder. 

 

Transgenderism's lies have a cost. By Kaylee Mcghee White. June 15, 2022. https://www.washingtonexaminer.com/restoring-america/community-family/transgenderisms-lies-have-a-cost 

Las mentiras del transgenerismo tienen un costo. 

La Fundación Heritage ha publicado un largo informe sobre "atención de afirmación de género", es decir, intervenciones médicas y hormonales para personas de género confuso, y sus repercusiones en los índices de suicidio. 

El estudio halló que, al contrario de lo que afirman los ideólogos del transgenerismo, ofrecer a los niños y adolescentes un fácil acceso a los bloqueadores de pubertad y tratamiento hormonal cruzado no reduce el riesgo de suicidio de estos menores. 

De hecho, tal intervención pudiera aumentar la posibilidad de tener pensamientos o acciones suicidas entre los jóvenes adultos, según se desprende del informe. 

El estudio es importante por diferentes motivos. Primero, ofrece un buen resumen de las múltiples cuestiones metodológicas con estudios anteriores que respaldaron los servicios de atención de afirmación de género para menores. La mayoría, si no todos, de estos estudios anteriores, por ejemplo, se basaron en encuestas de pacientes que se identifican como transgénero reclutados por organizaciones activistas LGBT, y pocos abarcaron pacientes con disforia de género cuyos problemas se resolvieron sin intervención médica. Esto constituye un importante problema considerando que más del 70% de los menores que luchan con la disforia de género terminan pasándola de forma natural. 

Por otra parte, ningún estudio que apoyó la atención de afirmación de género podría indicar la existencia de un grupo de control estadísticamente significativo contra las que se puedan probar las conclusiones. Como ejemplo, uno de los estudios citados con más frecuencia por los teóricos de la ideología de género, el estudio Tordoff, intentó facilitar un grupo de control de niños a los que no se les dio acceso a la intervención médica, solo para que el 80% de los pacientes del grupo de control lo dejara antes de que el estudio concluyó. Como señaló el periodista independiente Jesse Singal, los autores del estudio "no ofrecen ninguna explicación" de por qué la vasta mayoría de su grupo de control no tratado se fue antes de tiempo y "hay poco fundamento para que confiemos en que cualquier diferencia observada entre los grupos es atribuible al acceso [de atención de afirmación de género] en lugar de cualquiera de tantos otros posibles factores de confusión". 

Otra deficiencia en los estudios de intervención pro-médica es que no toman en consideración el hecho de que las personas de género confuso, que buscan tratamiento médico y hormonal, tienen que considerarse "psicológicamente estables", aún. (Si bien es cierto que este protocolo recomendado ya no es seguido por muchos proveedores en los Estados Unidos). 

Dicho con otras palabras, es más probable que a los afectados más expuestos a ideas suicidas se les niegue el tratamiento en razón de su estado mental. Y en los estudios anteriores no se hizo nada para determinar si los pacientes suicidas a los que se les negó la atención eran suicidas de antemano o si su ideación suicida fue consecuencia de que se le hubiera denegado atención. 

El estudio de Heritage sostiene que a los menores y jóvenes adultos confusos de género que dan acceso a la intervención médica y hormonal les empeora su salud mental. En los estados con disposiciones que conceden a los menores el acceso a estas intervenciones sin el consentimiento paterno, las tasas de suicidio entre la gente joven son un 14% mayor que en los estados donde se requiere el consentimiento, según el informe. 

Sin duda, el estudio de Heritage no es perfecto en lo que se refiere a la metodología. Pero ningún estudio sobre este tema lo será mientras nuestras principales instituciones médicas y académicas se nieguen a someter el tratamiento hormonal cruzado a ensayos controlados aleatorios en gran escala. 

El estudio de Heritage, con todo, sigue siendo mucho más fiable que cualquier otro anterior dado que radica en el sentido común. La ideología de género que sostiene que alguien puede cambiar de sexo y convertirse en algo que no es, es una premisa imposible que no tiene ninguna solución. Es físicamente imposible convertir a un hombre en una mujer — todo lo que puede hacer es que se parezca un poco a una. Así pues, vender procedimientos de "reasignación de género" y tratamiento hormonal como la solución definitiva a la disforia de género es vender una mentira. 

Los ideólogos del transgenerismo están engañando a los jóvenes adultos haciéndoles creer que estos tratamientos les quitarán la angustia y la confusión que sienten. Pero no importa a cuántos procedimientos se someta, no importa cuántos cartuchos de terapia hormonal se recetan, el hecho sigue siendo que una mujer siempre será una mujer y un hombre siempre será un hombre. 

No es de extrañar, pues, que las personas confusas de género que se someten a intervenciones experimentales con la esperanza de que esta realidad haya cambiado se vean golpeados por la desesperación y la desesperanza al darse cuenta de que no ha sido así. 

El empeño por negar la realidad biológica está causando daños irreversibles en el cuerpo y la mente de la gente. No es compasivo — es cruel. Y como muestra el estudio de Heritage, sus consecuencias son, con demasiada frecuencia, nefastas. Kaylee McGhee White es editora adjunta de Restoring America para el Washington Examiner y miembro visitante del Foro Independiente de Mujeres.

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