https://www.conservativewoman.co.uk/daniel-moody-transgenderism-real-present-danger-children/
Transgenderism is a real and present danger to our children. By Daniel Moody. 2 de febrero de 2017.
El transgenerismo es un peligro evidente y de actualidad para nuestros niños.
Tiendo a juzgar un libro por su índice. Pero “¿Puedo contarle lo que es la diversidad de género?” https://uk.jkp.com/ de CJ Atkinson no tiene índice. Solo tiene un glosario; así que acudí a él para buscar dos términos: sexo y género. No es de sorprender que solo encontrara la mitad que buscaba.
El glosario define género como 'cómo se siente una persona en cuanto hombre/mujer/ninguno/ambos/otro'. Sí, esto es indescifrable; pero el término sexo ni siquiera forma parte del glosario y esta omisión es, pues, por entero indicativa del objetivo mismo del libro. Si bien el ser humano se materializa como uno de los dos sexos, que llamamos 'hombre' y 'mujer', este libro no está demasiado interesado con lo que somos. Sólo se preocupa por quiénes creemos que somos. Conque el sexo no es válido en la conversación.
Nuestro escenario, entonces, es el paraíso neo-gnóstico de la autoinvención.
Pensado como recurso escolar, este pequeño volumen cuenta la historia de Kit, una niña de 12 años que cree que es un "niño". La historia está contada desde su punto de vista, lo que permite que emplee un lenguaje simple, por lo cual es comprensible para los niños.
Kit nos dice que, como sujeto que te declaras como transgénero, se puede experimentar disforia de género o no, y puedes que te sientas en el cuerpo equivocado. O no. Quizá prefieras hacer una transición médica, pero preferir no hacerla no te hace menos transgénero. Es más, tu identidad tal vez siga igual a lo largo del tiempo o puede cambiar, y tu conciencia transgénero puede aflorar durante la niñez, la adolescencia o reaparecer en cualquier momento. Hay un montón de maneras diferentes de ser transgénero y son lo mismo.
Podemos concluir con seguridad que no hay nada ahí.
El autor pone en escena muchas de las principales contradicciones relacionadas con el género, todo esto depende de la premisa inicial de que la condición de mujer de Kit simplemente la 'atribuyó' 'al nacer un extraño, una acusación dramatizada en este exagerado artículo “No dejes que el médico le haga esto a tu bebé (Don’t Let the Doctor Do This to Your Newborn https://slate.com/gdpr?redirect_uri=%2Fblogs%2Foutward%2F2014%2F06%2F26%2Finfant_gender_assignment_unnecessary_and_potentially_harmful.html%3Fvia%3Dgdpr-consent&redirect_host=http%3A%2F%2Fwww.slate.com)”.
El problema de los estereotipos con rapidez hace acto de presencia en el relato de Kit: ¿nos limitan o nos definen? Desde pequeña, Kit supo que no era una niña puesto que "no le gustaba jugar con muñecas". Más tarde, sabe que ella es un niño porque lleva "ropa de niño" y tiene "corte de pelo garçon".
La tensión entre el género como construcción artificial y el género como identidad innata va a mostrar su careto. Aprendemos que los bloqueadores hormonales son "un tipo de tratamiento (sic) que impide atravesar la pubertad que te asignaron al nacer". Así es: la pubertad en esta delirante forma de pensar se convierte en una construcción social. El libro además saca a relucir la noción un tanto aceptada y un estribillo a menudo repetido de que el género es un espectro. Sin embargo, como explica aquí (https://aeon.co/essays/the-idea-that-gender-is-a-spectrum-is-a-new-gender-prison) la académica feminista Rebecca Reilly-Cooper, no es solo inquietante desde el punto de vista político para las feministas, es una idea ante todo ilógica e incoherente.
El libro procede a informarnos de las repercusiones negativas de “denegar el acceso a su identidad a un crío”. Cinco páginas más adelante se nos recuerda que el derecho a la intimidad comprende guardar el secreto de su “condición trans”. Dejando de lado la cuestión de cómo X le puede negar el acceso de X, el permiso legal para encubrir de alguna manera nuestro sexo nos dice algo significativo: el transgenerismo no va de abarcar nuestra mente. Es cosa de renegar de nuestro cuerpo.
A medida que las proclamas del libro se vuelven más extremas y el lector se ve presionado para zambullirse en esta realidad virtual como "más real" que la "verdadera realidad", la presencia de una narradora de 12 años ya no es apta — si es que alguna vez lo fue — y se vuelve algo muy inquietante. Esto en particular se hace patente cuando Kit aborda la medicina, el lenguaje y la ley. Kit está segura que ella querrá tomar testosterona a los 16 años. Le permitirá pasar por la “pubertad de chico” al mismo tiempo que 'otros chicos' de su clase. Su amiga Tobi "podría realizarse la mastectomía para extirparse ambas mamas". Lo mismo, Kit dice que puede tener "terapia de reemplazo hormonal (sic)" para "ayudar a su cuerpo a convertirse en el cuerpo correcto para ti".
Esta no es una revista de moda que ofrece consejos sobre cómo lograr el deseado el cuerpo de verano. No, va de una niña de 12 años enseñando a los niños una actitud del descarte hacia el cuerpo: ¿hay partes de tu cuerpo que no te gustan? Así pues córtalos y tíralos.
Alentar a los chiquillos a tales despreocupados actos de violencia contra ellos mismos es de veras sádico.
De igual forma se nos presenta la solución por defecto de cómo reaccionar si nos equivocamos de género (misgender) o usamos los pronombres 'equivocados'. El protocolo de género requiere que nos disculpemos y a tirar hacia adelante — o hablándole en cristiano, que admitamos que nos equivocamos y no se repita.
Volviendo a la ley, Kit nos informa que la Ley de Igualdad de 2010 ha permitido al colegio “hacer cosas para ayudarla (a ella) sin la preocupación de que estuvieran infringiendo alguna ley”. ¿Has pillado eso? La Ley permite, en realidad fuerza, a los colegios a hacer lo que antes era impensable, como que los niños y las niñas se duchen juntos. Esta sorprendente confesión es el quid de la cuestión.
Un libro que en apariencia trata sobre acomodar la diversidad también nos instruye a utilizar las palabras comunes como 'hombre' y 'ella' en un plano totalmente nuevo. ¿Por qué? ¿Y por qué las referencias amenazadoras a la Ley de Igualdad? Porque dista mucho de resultar aparatoso y fuera de lugar, el nuevo lenguaje y las nuevas leyes son del todo necesarios para la ideología.
Plantéese: después de las vacaciones de verano, Kit vuelve al colegio como "quien soy en realidad" — un 'niño' — y todos en su clase "tenían calcomanías que decían cuáles eran sus pronombres". ¿Por qué? Lo que está pasando aquí no es un esfuerzo por acomodar el transexualismo al tiempo que se preserva el statu quo. Más bien, es un intento de crear una 'versión' nueva e incorpóreo del ser humano.
Cuando el cuerpo no se cede, lo mejor que puede hacer la ideología es forzarnos a desdeñar nuestra mente de nuestro cuerpo. Por eso es necesario que los tentáculos de la ideología envuelvan a todos y a todo lo relacionado con todos — la ley, el idioma, la medicina, etcétera. Como dijo hace poco Jonathan Saunders, el género es un ácido universal decidido a disolver todo reconocimiento jurídico del sexo y la diferencia sexual.
No le quepa duda, esto es una revolución. Si tiene un hijo en el colegio le recomiendo que se familiarice con la ideología que promueve este libro. La cordura de su hijo podría depender de ello, al igual que la suya.
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